Le Pré-Vincent

Antes de la revolución, el Pré-Vincent se llamaba Pré-de-Paris y la orilla "les arennes du bien". En aquella época, las dunas eran muy altas y los habitantes venían a sacar arena para sus construcciones. A finales del siglo XIX, la erosión de la costa de Pré-Vincent hizo desaparecer un cordón dunar de 2 a 4 metros de altura. En 1925, cuando las dunas empezaron a desaparecer, se prohibió la extracción de arena. En 1822, la moda de bañarse en el mar llegó de Gran Bretaña a Francia y, a principios del siglo XX, esta moda se extendió a nuestro litoral. En 1909 se escribió que los "extranjeros" querían playas limpias, por lo que el municipio hizo retirar los cardos y la basura del mar, así como las piedras más grandes entre el Pré-Vincent y el Coëf Barraud. Hacia 1930, el municipio estimaba el número de bañistas entre 800 y 1000. Aún bajo la presión de los bañistas, el municipio decidió en 1928 nivelar el resto de las dunas y plantarlas. El camino de acceso a la playa se cubrió con baldosas de pato, se instaló una fuente pública con bomba, nos encontramos en la "plaza Pré-Vincent". Se instalaron casetas de playa alquiladas por el ayuntamiento. Se añadieron aseos hacia 1948 y una piscina desmontable en 1958. La Pré-Vincent se había convertido en la gran playa popular con su tobogán y sus grandes porches. En 1960 se terminó la construcción del dique (terraplén) y 3 nuevos espigones. Sin embargo, el mar siguió asaltando la playa, ya que la "cuenca" situada detrás del dique permaneció sumergida mucho tiempo durante la tormenta de 1940, y en 2010, con la tormenta Xynthia, el mar volvió a las andadas. En 2018, ante el riesgo de sumersión marina, el dique frente al Pré-Vincent ha sido completamente rediseñado. Se ha levantado el muro bajo frente al mar, con una forma denominada "atrapa-mar" a lo largo de todo el bulevar de l'océan. Los muros traseros se han hecho de piedra vista para preservar el "carácter" de este espacio. Este terraplén, reservado a los peatones, es ahora una delicia para los paseantes. *Extractos del libro "Flâneries aux Moutiers-en-Retz" de Monique Albert.