BOULES BERNERIENNES

Tanto la boule bernerienne como la boule tharonnaise son específicas de sus respectivas ciudades, La Bernerie-en-Retz y Tharon, en Saint-Michel-chef-Chef. Para los no iniciados, se trata de un cruce entre petanca y bolos (por el tamaño de las bolas); los más experimentados reconocerán dos variantes de la boule nantaise. El juego se extendió poco a poco por la costa de Jade con la llegada de los turistas de Nantes, que venían a probar las aguas ferruginosas a partir de la década de 1820, seguida de los baños de mar a finales del siglo XIX. Los turistas en busca de diversión acudían a los cafés y casinos, que ofrecían música, juegos (caballos, dados, cartas, etc.) y, más tarde, cine. Para satisfacer la pasión de sus clientes por el juego de la petanca, estos establecimientos construyeron canchas, generalmente en sus sótanos. La práctica evolucionó y algunas ciudades, como La Bernerie-en-Retz, ofrecen hoy su propia versión del juego. La boule bernerienne se juega con bolas de poco más de 11 cm de diámetro y 1,2 kg de peso. Tienen un agujero en el centro para poder recogerlas. Originalmente eran de madera, pero ahora se fabrican de resina porque son más resistentes. La madera tiende a ovalarse con el tiempo. El centro del campo está marcado por una línea blanca y otra roja, y el "petit" (el equivalente de la "cochonnet" en petanca) sirve de portería y debe lanzarse entre estas líneas. El objetivo de los jugadores es acercar sus pelotas lo más posible al "petit". El juego está muy codificado, sobre todo el momento del lanzamiento. El jugador nunca debe lanzar la pelota, sino que debe hacerla rodar desde la punta del pie de apoyo, con el otro pie tocando el extremo de la pista, denominado talón. Un partido individual se juega a una puntuación ganadora de nueve puntos, y de once puntos en las competiciones. Para un partido de tres jugadores, cada uno dispone de dos bolas, y para un partido individual, cada jugador dispone de tres bolas. A partir de los años 50, al disminuir el número de casinos y cafés con baile, las pistas desaparecieron con ellos. En 1985 se creó la asociación "Les Amis de la boule bernerienne" para preservar este juego típico local y establecer sus reglas. La asociación dispone de dos campos de juego construidos con la ayuda de las autoridades locales. Desde 2012, la boule bernerienne forma parte del "patrimonio cultural inmaterial" de Francia. La asociación cuenta con más de un centenar de aficionados y organiza cursos de iniciación para ayudar al mayor número posible de personas a conocer el juego.