Les Amis de l'Abbaye

la "Association des Amis de l'Abbaye de Signy" es una asociación amparada por la ley de 1901, creada el 25 de marzo de 1992, que cuenta con 140 miembros hasta la fecha. Según el artículo II de sus estatutos, su objetivo es "defender e ilustrar la antigua abadía real de Notre-Dame de Signy" y, como tal, garantizar la gestión cultural y turística de la parte histórica de la antigua abadía de Signy. Las necesidades financieras de la Asociación se cubren con las cuotas de los miembros, que se complementan con las subvenciones de las autoridades locales. HISTORIA: La abadía cisterciense de Notre-Dame de Signy estaba situada en el municipio de Signy-l'Abbaye (Ardenas). Este municipio ocupa el centro de un bosque en forma de gran media luna abierto al Este y formado por vastos macizos separados por el naciente río VAUX y la desembocadura de un magnífico resurgimiento, el Gibergeon. Fue aquí donde, hace más de ochocientos años, doce monjes de la abadía de Igny, dirigidos por su primer abad, Bernardo de Cambrai, llegaron por la vía romana de Reims a Colonia, pasando por Château-Porcien, para luego tomar los caminos de la cresta que atraviesan Chaumont-Porcien, pedir hospitalidad a los canónigos de Saint-Berthauld y llegar a Draize hasta un lugar llamado Signiacum. En aquella época, sólo era una zona pantanosa y un pequeño caserío de unas pocas casas de paja que aún no podían albergar una comunidad religiosa. El terreno tuvo que ser desbrozado y drenado, por lo que los monjes se alojaron en Draize mientras se urbanizaba el lugar y se construían los edificios regulares, pero la fundación tuvo lugar el 25 de marzo de 1135, el día de la Anunciación. Guillaume de Saint-Thierry, amigo y consejero de Bernardo de Clairvaux, dejó su cargo abacial y la orden benedictina a los 60 años, y se retiró como simple monje para escribir sus principales obras y vivir la pobreza cisterciense. Signy fue un lugar importante en la historia religiosa, con una gran cantidad de beatos y sus escritos, y estuvo impregnada de la espiritualidad cisterciense. Siguió siendo una poderosa abadía hasta la Revolución, cuando fue confiscada y vendida como bien nacional. La casa del monasterio se vendió en subasta pública y se transformó en una hilandería, con parte de la fachada desmontada y reconstruida unos metros más allá como vivienda. Lo único que queda de la abadía en el recinto del monasterio es parte de la infraestructura y el sistema de agua tanto en la superficie como en el subsuelo. Después del monasterio, la economía de la ciudad siguió siendo principalmente agrícola, aunque la silvicultura, las ferrerías, los molinos, las cervecerías y la industria del paño y la lana empleaban una gran mano de obra. Signy debe su desarrollo posrevolucionario principalmente a sus hilanderías. Hasta la Primera Guerra Mundial, Signy fue próspera gracias a la actividad de 7 hilanderías que continuaban una tradición local bien establecida, ya que "mucho antes de la revolución, los diccionarios geográficos mencionan una reconocida y próspera industria textil en Signy". La población de la ciudad era entonces de casi 5.000 habitantes. Por desgracia, la Primera Guerra Mundial puso fin a estas actividades. Las hilanderías fueron destruidas por los alemanes y no pudieron ser reconstruidas, y la población cayó a menos de 2.000 habitantes. Hoy en día, Signy sigue siendo un pueblo tranquilo en el corazón del antiguo monasterio. La Asociación de la Abadía de Signy organiza visitas, excursiones y conferencias, sobre todo el Día del Císter, el segundo domingo de septiembre, en los edificios de una antigua hilandería situada en el recinto monástico.