Musée Souleiado

Souleiado, el último de los indios Nuestra historia comienza a finales del siglo XVI. Los tejidos de algodón procedentes de la India llegaron al puerto de Marsella con colores muy vivos. Los comerciantes quedaron impresionados por la solidez de los colores de estos tejidos de algodón, destinados tanto al mercado nacional como a la exportación. En 1806, Jean Jourdan crea una fábrica de tejidos indios en el convento de los Capuchinos, en el centro de Tarascón, llamada Manufacture Jourdan. En 1821, ante sus dificultades financieras, vende el convento a la ciudad, que construye en él un teatro todavía en uso, y traslada su actividad al Hôtel d'Aiminy, creando al mismo tiempo una fábrica de pañuelos estampados en St Etienne du Grès. Su hijo Mathieu le sucedió en 1840 y dirigió la empresa hasta su muerte en 1882. Paul Véran, uno de los últimos comerciantes indianos, se hizo cargo de la empresa en un momento en que las fábricas cerraban una tras otra y los provenzales abandonaban sus trajes tradicionales. Año tras año, la fábrica de Véran enriquecía su colección de dibujos y planchas de estampación haciéndose con los archivos de las empresas que iban desapareciendo, en particular los de Foulc, una importante modista de Aviñón. A su muerte, en 1916, la fábrica de Véran era la última indienneur de Provenza. Paul dejó huérfanos a sus 5 trabajadores. Fue un farmacéutico de Beaucaire, Charles Henri Deméry, quien se enamoró literalmente de la fábrica y decidió salvarla. Gracias a él, sobrevivió y prosperó. Cuando en 1937 vendió la fábrica de Véran, convertida en fábrica Deméry, a su sobrino Charles Deméry, contaba con 10 empleados. Charles, un joven ingeniero civil que había venido de París para quedarse con su tío, también se enamoró a primera vista. Se lanzó a la aventura, con fuerza y energía, y en 1939 creó la marca Souleiado, que significa "sol" en provenzal, el momento en que el sol se abre paso entre las nubes después de la lluvia. Hélène, la esposa de Charles, era una excelente modista, y en 1947, una buena clienta, Madame Vachon de Saint-Tropez, le pidió que desarrollara una colección de vestidos para ella. Ella aprovechó la oportunidad. Fue un gran éxito. En 1950, una clienta italiana de Florencia tuvo la idea de abrir una boutique con el nombre SOULEIADO, la primera de muchas. Tras la muerte de Hélène, Charles siguió valientemente por su cuenta. Incansable viajero, en 1952 la empresa contaba con más de 300 empleados repartidos en 4 centros: la estampación manual en el Hôtel d'Aiminy de Tarascón, la estampación mecánica en Saint-Etienne du Grès, los talleres de costura de Aviñón en la calle Thiers y la sede social en el Hôtel de Provence de Tarascón