THIONVILLE POUR LES TOUT-PETITS

Vacilantes, los niños introducen sus manos en la bolsa. ¿Qué hace ese elefante rosa ahí? ¿Y este triángulo? Están allí para mostrarles las formas que se encuentran en la fachada de la iglesia de Saint-Maximin. El siguiente paso es contar las caras de la Torre de las Pulgas, porque no es ni redonda ni cuadrada. ¿Recordarán los niños el nombre ingenioso? Seguramente preferirán las leyendas de la princesa y los perros del interior. Incluso pueden cantar la famosa canción de Carlomagno. ¡El hombre que inventó la escuela! El punto culminante del ejercicio es la reconstrucción del campanario No con piedras, ya que sabemos que sus pequeños brazos no serían capaces de manejarlo, sino con un rompecabezas magnético Después de haber vivido esta experiencia sensorial llena de observaciones, ¡podrán contar toda la historia de Thionville! ¿Quién dijo que los niños no pueden hacer lo que hacen los adultos?